El País Vasco destaca por su dinamismo empresarial y la creación de empleo
El País Vasco se mantiene como uno de los territorios con más dinamismo empresarial, según los datos que se desprenden de la «Demografía armonizada de empresas» que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística.
Uno de los factores para definir una empresa como dinámica es el tamaño que adquiere y para ello es fundamental fijarse en el número de asalariados que tiene. En el País Vasco, más de la mitad de las empresas existentes tienen asalariados. En el estudio del INE no solo se analiza la estructura actual de las empresas, sino que también se tiene en cuenta la creación de nuevas sociedades, y ahí también el País Vasco es puntero puesto que el porcentaje de empresas que surgen y que cuentan con asalariados también es el más alto de toda España.
En todos los estratos de asalariados, el tejido industrial del País Vasco es puntero, situándose en las primeras posiciones en cuanto a empresas más grandes por el número de trabajadores que tiene. La relevancia de tener asalariados está directamente relacionada con una economía saneada y con visión de futuro. Unas empresas de mayor tamaño tienen menos dificultades para afrontar procesos de crecimiento sostenidos, cuentan con mejor acceso a la financiación y tienen mayores posibilidades de exportación de los bienes que producen y de los servicios que prestan. Todo esto hace que las zonas en las que hay empresas de mayor tamaño en cuanto a asalariados se consideren con zonas más prósperas económicamente hablando.
Esto supone que el País Vasco es una zona en la que se genera empleo, con las implicaciones demográficas que tiene esto en el contexto actual, lo que supone fijar población e incluso incrementar el número de habitantes que llegan atraídos por las oportunidades laborales que genera el tejido laboral.
A la vista de los datos, se puede ver cómo más de la mitad de las empresas que hay en España, en concreto el 54%, no cuentan con ningún trabajador. Se trata de sociedades mercantiles o autónomos cuyo volumen de negocio no sobrepasa el umbral de las mircropymes, que son aquellas empresas que tienen menos de 10 trabajadores y cuya facturación no llega a los 2 millones de euros.