El número de personas que vive como pareja de hecho en Euskadi se ha incrementado de forma importante en los dos últimos años, según los datos que se encuentran en la Encuesta Continua de Hogares que anualmente actualiza el Instituto Nacional de Estadística.
En la actualidad son más de 158.000 personas las que conviven bajo esta modalidad legal, una alternativa a la unión matrimonial que está ganando terreno. Desde 2018 el incremento ha sido cercano al 20% en Euskadi. Si tenemos en cuenta los últimos cinco años, el aumento se acerca al 22%.
Aunque en un principio la figura del matrimonio y la de la unión de pareja de hecho parecen muy similares, las diferencias son importantes y puede resultar relevante a la hora de optar por una u otra. Una de las principales diferencias la encontramos en el régimen económico que se establece. En el matrimonio se tiene que elegir entre gananciales o separación de bienes. En el caso de las uniones de pareja de hecho no existe esta diferenciación y a la hora de la disolución se pueden plantear algunos problemas, siempre y cuando no haya un documento oficial que acredite una de las dos opciones. Esto, que para algunas parejas puede suponer un problema, para otras es la oportunidad de iniciar una vida en común dejando de lado las cuestiones económicas.
También hay diferencias entre ambas formas de convivencia a la hora de realizar la declaración de la renta, sobre todo si se elige una tributación conjunta. En principio parece más ventajosa en el caso del matrimonio que en las parejas de hecho.
Otro de los puntos diferenciadores está en las pensiones de viudedad. En el caso del matrimonio es automático, mientras que en las uniones de hecho hay que demostrar una serie de circunstancias que tienen que ver con los ingresos de cada uno de los miembros de la pareja.
También hay diferencias a la hora de afrontar los diferentes tipos de uniones en función de la Comunidad Autónoma en la que se resida. En el caso del País Vasco la equiparación es más completa que en otras comunidades.