La preocupación por el cuidado del Medio Ambiente no se queda solo en grandes propósitos o en medidas generales. Los ciudadanos alaveses se muestran dispuestos a cambiar algunos de sus hábitos diarios para respetar más nuestro entorno. Muchas veces hay acciones que tenemos incluidas dentro de nuestras rutinas y que no somos conscientes del impacto que tienen en la conservación del Medio Ambiente. En un estudio del Gabinete de Prospección Sociológicas del Gobierno Vasco se indican una serie de situaciones y se cuestiona a los ciudadanos sobre su capacidad para cambiar de hábito.
Desperdiciar menos comida y comprar menos productos envasados
Más del 97 % de la población considera que reducir la cantidad de comida que se desperdicia es un hábito importante a la hora de mejorar el Medio Ambiente. Más del 70 % indica que ya lo ha hecho mientras que otro 27 % asegura que estaría dispuesto a no tirar tanta comida a la basura. Este aspecto es el que presenta un menor porcentaje de personas contrarias a cambiar de hábito. Algo similar ocurre con las personas que consideran positivo reducir la compra de productos empaquetados o envasados, donde el porcentaje de ciudadanos que no lo consideran positivo está en torno al 5 %.
Ropa, calefacción, viajes y 2ª mano
En cambio, cuando se cuestiona por la reducción de compras de calzado y vestidos, aparece un 10 % de ciudadanos que asegura que no estaría dispuesto a aplicar este hábito, si bien se mantiene por encima del 89 % el porcentaje de personas que ya ha adquirido esta práctica o que se muestra dispuesto a hacerla. Unos porcentajes similares se dan en el caso de controlar el uso de la calefacción. Hay un 13 % de la población alavesa que no considera necesario reducir el consumo de calefacción para que el Medio Ambiente sea mejor.
Donde menos consenso hay entre los ciudadanos es en los dos últimos apartados. Cuando se pregunta a la gente si estaría dispuesta a viajar menos para ser más respetuoso con el Medio Ambiente, un 37 % indica que no está dispuesto a viajar menos, frente a un 57 % que asegura que ya lo ha reducido o que estaría dispuesto a hacerlo.
Algo similar ocurre con la compra de productos de segunda mano, donde un 34 % no considera que este tipo de prácticas pueda ser positivo para el Medio Ambiente o al menos indican que no están dispuestos a llevar a cabo esta práctica.